domingo, 17 de mayo de 2009

La ciencia y la pseudociencia


Hoy por hoy, como en ningún otro momento de la historia los adelantos tecnológicos se suceden a un ritmo tan rápido que no disponemos de tiempo para asimilarlas.
La delgada línea que separa la ciencia de la ciencia ficción se va diluyendo poco a poco, la capacidad de asombro se está perdiendo. Nuestra generación está acostumbrada a lo nuevo que fríamente espera mejoras en todo.

Cualquier ciudadano de a pie cuenta con celulares con tecnología que supera ampliamente a los que utilizaron los astronautas que fueron a la luna en 1969.
Televisores de plasma de 42 pulgadas, computares personales de bolsillo y muchos más equipos de comunicación como los GPS que permiten que nadie se pierda más en ningún sitio.

Por otro lado esta época se caracteriza por la falta de rigor científico en el esquema mental de la mayoría de las personas, inclusive en gente universitaria, quienes salen de la casa de estudios con un arsenal de técnicas para aplicarlas en el quehacer profesional pero con un déficit en el criterio para elaborar juicios acerca de la realidad.

Para muestra voy a citar algunos hechos:

- Los horóscopos vía celular o internet
- Los ovnis considerados a priori como extraterrestres
- El chupacabras y otros monstruos
- Curaciones psíquicas y/o utilización de ritos ancestrales
- espíritus chocarreros
- Supersticiones acerca de hacer o no hacer algo ( ejemplo martes 13 )
- Creencias locales como genios de la naturaleza (pomberos, hombres lobo, mala visión etc)

Es menestar aclarar que hay mucho que descubrir y no todo está dicho acerca de los misterios de la naturaleza. Debemos tener la mente abierta a lo desconocido pero no tan abierta que se nos caiga el cerebro por ese orificio.

Me estoy refiriendo al paradigma que nos envuelve y determina nuestra manera de ver las cosas, nuestro punto de vista acerca de lo que consideramos cierto o no , nuestras creencias más viscerales.

Una mentalidad mágica otorga escaso protagonismo al hombre en este mundo, es contemplado como actor de los sucesos y no autor del mismo. El fatalismo es otro componente de esta creencia de nuestros ancestros.

Una mentalidad científica no está necesariamente asociado hacer ciencia. Es simplemente l método aplicado al quehacer diario de someter toda nueva idea a un riguroso escrutinio y no toma como cierto o falso nada hasta probarlo.

El fallecido científico Carl Sagan ha escrito un libro muy interesante que profundiza este tema y el peligro que representa el regreso de la pseudociencia y la susperstición.
Para aquellos interesados dejo referencia del libro en cuestión.

El mundo y sus demonios , La ciencia como una luz en la obscuridad , editorial Planeta

No hay comentarios:

Publicar un comentario